Messi y Neymar se han unido al grupo hace unos días, fueron los penúltimos en llegar (el último fue Bravo), pero en el Gamper, en la presentación ante la afición, con la Roma como rival, los dos estuvieron en el equipo titular junto a Luis Suárez. Y Pedro, claro, en el banquillo, un sitio en el que ningún jugador quiere estar, de ahí su deseo de marcharse. El canario es un jugadorazo, el problema es que delante tiene a tres futbolistas demasiado buenos y demasiado caros. Entró en la segunda parte en el que pudo ser su último partido como azulgrana si las negociaciones con el Manchester United fructifican, y la primera vez que tocó el balón escuchó al Camp Nou. «Pedro, Pedro», gritó la afición. Y estuvo un rato así hasta que Rakitic marcó un golazo desde fuera del área y el cántico pasó a ser la celebración del mismo.
Era el tercero de la noche, porque antes los recién llegados tuvieron tiempo de brillar. Parecen en forma el argentino y el brasileño, y con ganas. Ney marcó el primero y Messi, el segundo en una combinación en la que participó el espectacular tridente ofensivo al completo: de Suárez a Neymar y de éste a Leo antes del gol. Con ellos se acabaron los problemas de puntería que había tenido el Barça. Son buenos, se entienden y además quieren jugar todos los minutos. Por eso Pedro se irá de un equipo en el que ha hecho historia. Fue determinante en el «sextete» que logró el club con Guardiola: marcó en todas las competiciones. El público volvió a acordarse de él más veces mientras el equipo se exhibía, e incluso rozó el gol en una vaselina. Se divirtió el Camp Nou, lleno de seguidores poco habituales, gente que está de vacaciones. De hecho, en las gradas sonó varias veces «Paquito el Chocolatero».